No quiero ni sus emails ni sus productos
16 octubre 2008 at 10:01 am 2 comentarios
Esta es una carta conjunta para:
1. El señor de la farmacia de Toronto que me quiere vender medicinas y productos de droguería por debajo de su precio;
2.para el ciudadano anglosajón que se preocupa a diario por mi vida sexual y me informa sobre las ventajas de que me alargue el pene y
3.Para el propietario del casino de las Vegas que cada dos por tres me regala bonos para que juegue en él.
Muy señores míos:
Jamás en mi vida he solicitado ninguno de sus servicios. Ni me drogo, ni tengo pene, ni quiero tenerlo a estas alturas, ni soy adicta al juego.
Lamento profundamente si, por un malentendido, han llegado a pensar que estaba interesada en sus productos. No lo estoy.
No quiero ganar dinero en un casino de Internet que me proporcione la posibilidad de comprar drogas o medicinas bajo mesa en un país extranjero. Ni me importan sus descuentos. Con o sin ellos, sus productos no me interesan.
El dinero que gane quiero ganarlo honradamente, trabajando a diario y sabiendo quién me lo da y porqué. Que lo que gane vaya a mi cuenta y pueda justificar de dónde ha salido.
No tengo nada en contra de su «Pharmacy» pero no le voy a comprar sus medicinas. No estoy enferma. Y puesto a comprar medicinas, casi, y si no les importa, bajo a la farmacia de la esquina, en la que llevo comprando casi veinte años productos legales. La farmacéutica es un encanto y no llena mi bandeja de correo con spam.
Al individuo que tanto se preocupa por mi vida sexual, decirle que investigue un poco más. Y ya no, porque quiera defender mi satisfacción en ese plano, sino porque quien quiera que le haya dado el soplo de que «quiero convertir la serpiente de mi pantalón en un robusto tronco de árbol» ha errado de pleno. No tengo serpiente, ni pretendo satisfacer, al menos en ese aspecto, a mujer alguna. Entre otras cosas porque soy mujer y mi tendencia sexual es muy distinta a la que usted piensa. No quiere tener tronco. Estoy bien como estoy y me da igual que «ella» esté húmeda y preparada. No la conozco, pero le deseo lo mejor.
A ustedes les deseo más suerte con sus negocios y que dejen de bombardearme con publicidad que no he solicitado. Les reitero mi más absoluto desinterés por cuantos productos promocionan y les ruego borren de sus listas mis cuentas de correo o me veré obligada a dinamitar sus locales.
Un afectuoso saludo,
AIK
Pd: Yo hablo inglés, pero prueben a escribir en el idioma del cliente. Quizá tengan más suerte que conmigo.
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1.
q256 | 18 octubre 2008 a las 10:42 am
Solo hay una forma de librarse de ellos: filtros de gmail hasta en la sopa. Marcalo todo como Spam y espera a que comiencen a actuar.
2.
aikun | 18 octubre 2008 a las 11:54 am
Sé cómo hacer el filtrado, pero es la carta que siempre quise escribir. Era solamente para soltar la desesperación.
un bst
AIK